Asnoterapia


Los burros están dejando atrás su función de animales de carga para convertirse en una solución médica. La asnoterapia se revela como uno de los mejores y más novedosos tratamientos para niños y jóvenes con autismo y diversas discapacidades.

Es una de las terapias que más beneficios reporta a los discapacitados, En primera instancia resulta un cambio significante para los niños el cambio del estar en una silla de ruedas a estar montado en una silla de burro.

Los beneficios son diferentes; de los que destacan es la mejora de la autoestima de los niños, y con ello se consigue que los niños estén en disposición para que adquieran nuevos retos y desafíos, mejora mucho su relación social (principalmente los niños autistas se ven ampliamente beneficiados en esto), las personas con parálisis muestran una mejora global del tono muscular y también del funcionamiento orgánico, ya que se activa el movimiento locomotriz del cuerpo .

En general, los beneficios que se han observado en el contacto terapéutico con animales son: aumento de la relajación, la aceptación de uno mismo, eliminación de los miedos, olvidar los problemas o no tenerlos presentes de una manera tan angustiosa, vivir mejor y mas puramente el presente, mejorar la atención, observación y concentración, mejorar la comunicación verbal y sobre todo la no verbal, calmar los sentimientos agresivos, aumentar la sensación de sentirse querido y aceptado tal y como se es, adquirir y hace evolucionar la inteligencia emocional y ayudar a superar momentos de gran tensión. (AEPGA)

La terapia

Consiste en tocar al animal, se hace a través de la exploración de su cuerpo, de estar en contacto con él y sus necesidades (alimentación, cepillado y paseos), en este punto la comunicación directa verbal y no verbal que se establece, las caricias, contemplación y admiración estimulan favorablemente. Los canales auditivos y visuales son importantes, pero el kinestésico (táctil-emocional) como se mencionó, es quizá el que mayor impacto terapéutico produce. Se practican ejercicios al lado y arriba del burro, dependiendo de las necesidades de cada persona. Este tipo de programas debe ser completamente individualizado y facilitado por profesionales. Los mejores resultados se están obteniendo en situaciones de hiperactividad, nerviosismo, depresión, falta de concentración, timidez excesiva, dificultades de comunicación y/o de expresión emocional, trastornos alimentarios, enfermedades psicosomáticos, fobias, etc...

Las mejoras de la interacción con los animales están más que comprobados, son una fuente inagotable de cariño, compañía y efectos positivos para la salud. La presencia regular con los animales relaja, libera tensión y aumenta la autoestima. Además permite desarrollar un nivel de comunicación y entendimiento diferente al habitual, que tiene repercusiones favorables incluso en planos profesionales, como puede ser el trabajo en equipo, empatía, tolerancia, etc…

No sólo posee beneficios terapéuticos, también trata de ser un entretenimiento distinto a las típicas actividades que habitualmente realizan las personas con discapacidad como la natación, logopedia o los viajes guiados. El entorno natural, el conocimiento y cuidados del animal promueven la integración de las personas con alguna discapacidad con el medio ambiente y las relaciones sociales.